Produciendo un Ep de punk.
Muchos alumnos me preguntan que qué es eso de “producir” un disco.
Aunque existen diversos grados de implicación, el productor sería normalmente alguien ajeno a la banda -o, en ocasiones, un miembro del grupo- encargado de aportar una visión “externa”, “desde fuera”, sobre canciones, estructuras, melodías, arreglos, letras, etc, alguien ajeno al proceso de composición y ensayo, alguien que no haya vivido la gestación y parto de las canciones, que las reciba por primera vez sin conocer las circunstancias, atenuantes o justificantes, y opine directamente sobre lo que escucha, desconociendo si esa canción ha costado cinco minutos o cinco meses, si es crucialmente importante a nivel personal para alguien o no, etc.



Cosas como: “este tema lo veo un poco flojo” (o “no encaja demasiado en el conjunto”), “a este tema le falta una intro” (¡o “le sobra”!), “en este tema al final haría bis del estribillo” (o “haría bis subiendo medio tono o un tono”), “a este tema le quedarían bien unos teclados”, “a ver qué os parece esta idea de coros”… También puede sugerir qué equipo usar (”¿para este tema por qué no pruebas con este bajo de escala corta?”, “¿para esta parte probamos con la Telecaster?”, “en esta probaría una doce cuerdas”, “aquí quizá un bombo más pequeño”, o “la otra caja”).
En este caso se trataba del proyecto de Rafa, un alumno que en sus años mozos tocó en grupos de punk y metal, dio conciertos, pero no llegó a grabar en estudio.



Ya el curso pasado me pidió que dedicásemos algunas clases a “cómo se hace una canción”, “cómo se arregla” y demás. Luego comenzó a presentarme temas que iba haciendo, pidiendo mi opinión; puso anuncio en internet buscando músicos… Tras el verano apareció decidido a grabar, preguntando por estudios. Dada la naturaleza punk del proyecto, le recomendé que contactase con La Chulona, el estudio de mi amigo Álvaro Escribano, especialista en la materia. Lo siguiente fue preguntarme si estaría dispuesto a tocar el bajo, y que le buscase a alguien que puediese encargarse de la batería. Y como suele pasarme, sin darme cuenta acabé implicándome tratando de ayudarle a conseguir la mejor versión posible de sus temas de punk rock callejero, llamando a Reto Ramírez -¡máquina!- para que se encargase de las baquetas, convirtiéndome primero en productor “de facto”, y según se acercaban las fechas de grabación, productor “de ley”.


En breve podremos enseñar los resultados de este esfuerzo conjunto, punk rock directo que creemos haría sonreír a Natxo de Cicatriz. Como adelanto, un breve fragmento del último ensayo con Reto:
Gracias a Rafa, Reto y Escri por su gran trabajo.
¡Nos vemos en la próxima!